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La Ultima Ruleta Rusa

  • Foto del escritor: CeA
    CeA
  • 18 may 2020
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 12 sept 2020

The ultimate roller coaster: una historia abreviada sobre los combustibles fósiles.

Post carbón institute


Adjuntamos transcripción de la película «The Ultimate Roller Coaster Ride: an abbreviated history of fossil fuels», narrada por Richard Heinberg.


Todo comenzó con una gran explosión, el Big Bang. Bueno, no tenemos que remontarnos tanto en el tiempo. La Tierra se creó hace 4.500 millones de años. No, sigue siendo demasiado remoto. Vamos a probar con esto: en la Edad Media, la población de Gran Bretaña se quedó sin combustibles y empezó a quemar carbón, acabando con las existencias y teniendo que excavar cada vez a mayor profundidad, hasta el punto que las minas se llenaron de agua...

Samuel Newcomen inventó la máquina de vapor, que funcionaba con carbón y sirvió para bombear el agua de las minas y permitir que se pudiera seguir extrayendo carbón de las mismas. James Watt mejoró la máquina y la aplicó para otros usos.


Ya tenemos los ingredientes para la REVOLUCIÓN Industrial: los combustibles fósiles y la forma de sacarles provecho.

De esta forma se desencadena toda una tempestad. Los mineros siguen bajando a las profundidades en busca de carbón, una tarea que facilitan las vagonetas sobre rieles. Estos, combinados con los motores de combustión, forman una locomotora. Michael Faraday se inventa el motor eléctrico. Nikola Tesla inventa la corriente alterna y las centrales térmicas empiezan a quemar carbón para generar electricidad. Edwin Dreck perfora el primer pozo de extracción de petróleo en Pennsylvania y Daimler construye un vehículo que funciona con petróleo. El carbón y el petróleo se transforman en sustancias químicas industriales, productos farmacéuticos que prolongan la vida y propician el crecimiento de la población. Los hermanos Wright se inventan el avión propulsado con petróleo. Fritz Haber y Carl Bosch fabrican fertilizantes a partir de combustibles fósiles. Los fertilizantes y los tractores que funcionan con petróleo expanden la producción de alimentos, lo que hace que estos lleguen a un mayor número de personas.



La primera guerra mundial es el primer conflicto armado que se abastece con combustibles fósiles. Después, en la segunda guerra mundial, se utilizan los misiles guiados y las bombas atómicas.

Entre ambas guerras tiene lugar la gran depresión, en parte creada por la superproducción: las cadenas de producción automáticas fabrican los productos más rápidamente de lo que la gente los necesita. Los ejecutivos de la publicidad se inventan el consumismo para vender su superproducción. Son los años 50, los anunciantes utilizan la televisión para enganchar a las nuevas generaciones de consumidores. En los años 70 tiene lugar una escasez de petróleo. Todo el mundo se queda petrificado al darse cuenta de lo dependientes que somos de este combustible fósil. Con la crisis energética nace el movimiento ecologista.


Pero los precios del petróleo vuelven a bajar, y a todo el mundo se le olvida la escasez energética.

Tiene lugar un enfrentamiento entre el mercado y los sistemas de economía planificada, y el mercado gana: adiós, malvado imperio soviético. Los políticos deciden que el mercado será la solución para todo. Llegan los ordenadores personales, y la globalización conquista el mundo cuando el mercado se da cuenta de que la mano de obra es más barata en China. De pronto, todo el mundo tiene un teléfono móvil, pero la producción mundial de petróleo alcanza su pico. China está consumiendo la mitad del carbón del mundo para fabricar los productos de exportación. Pero, ¿de dónde sacará el carbón que necesita para seguir creciendo? Con los problemas medioambientales en todos los rincones del planeta, niveles crecientes de CO2 que provocan olas de calor récord, inundaciones y sequías, con los océanos acidificándose, la erosión del sustrato avanzando a un ritmo de 25.000 millones de toneladas anuales debido a la agricultura industrial, los bosques milenarios desapareciendo, las especies extinguiéndose a un ritmo mil veces superior que los índices normales, el agua potable escasa y contaminada, las compañías petroleras perforando a millas de la costa, porque se ha acabado el petróleo barato y sencillo de extraer (pero una de las plataformas petrolíferas mar adentro explosiona y contamina el golfo de México…)


La producción se traslada a los países contaminantes, donde la mano de obra es barata, mientras que EEUU se convierte en un casino donde el sector financiero constituye el 40% de la economía.

Pero Wall Street se paraliza, sube el desempleo, el crédito se evapora, la economía está al borde del colapso… Nos encontramos en el presente. Es increíble lo que hemos logrado en sólo 200 años, sólo tres generaciones, desde el principio de la industrialización hasta nuestra era.


¿A dónde nos dirigimos? No podemos seguir duplicando la población mundial, ni podemos seguir emitiendo CO2 a la atmósfera. No podemos seguir destruyendo el sustrato, ni incrementando el consumo, ni basando nuestra economía en los cada vez más escasos combustibles fósiles. No podemos seguir imprimiendo dinero para resolver la crisis de endeudamiento. Ha sido un viaje increíble, pero todo tiene sus límites. Este no es el fin del mundo, pero tenemos que hacer cuatro cosas de forma inmediata: Aprender a vivir sin combustibles fósiles. Adaptarnos al fin del crecimiento económico tal y como lo conocemos. Alimentar a 7.000 millones de personas y estabilizar una población sostenible. Arreglárnoslas con nuestro legado de destrucción medioambiental.


Es decir, tenemos que vivir dentro del presupuesto que ofrecen la naturaleza y sus recursos renovables, a un ritmo que les permita regenerarse.


¿Podremos hacerlo? No tenemos más elección.

Las fuentes de energía renovables son importantes, pero no pueden reemplazar a los combustibles fósiles con el tiempo de que disponemos. Además, hemos diseñado y construido nuestra infraestructura para el transporte, la electricidad y la agricultura de forma que encajen con el carbón, el petróleo y el gas. El cambio a otras fuentes de energía requerirá un nuevo diseño para ciudades, procesos de fabricación, sistemas sanitarios, etc. También tendremos que restablecer algunos de nuestros valores culturales: ninguno de nuestros problemas globales puede solucionarse desde el aislamiento, algunos ni siquiera tienen solución. Tenemos que prepararnos para una forma distinta de hacer negocios. Nuestro objetivo debe ser la resiliencia, la habilidad para absorber impactos y seguir funcionando.


Si no hacemos nada, también acabaremos viviendo en un futuro postcarbón, pero el panorama se ve bastante desolador.

Sin embargo, si planificamos la transición, podemos conseguir un mundo en el que convivan comunidades robustas, poblado por gente sana y creativa y lleno de ecosistemas con millones de otras especies. De una u otra forma, este es el viaje de nuestras vidas. Es necesario comprender los retos y pasar a la acción.



La organización Post Carbón Institute fue creada en 2003 para dar a conocer la importancia de este fenómeno, que ya fue pronosticado en 1956 por Marion King Hubbert y ha sido ampliamente divulgado por Colin Campbell, Kenneth Deffeyes, Matt Simmons, Richard Heinberg, James Howard Kunstler, y muchos otros. El instituto, que pretende aportar soluciones ante los problemas que no solamente el peak oil, sino también el fin del crecimiento económico van a plantear a las personas, ha lanzado un vídeo en el que recoge de forma sencilla la historia de la revolución industrial, la utilización de los combustibles fósiles y las soluciones a los problemas a que nos enfrentamos.


El jefe del Instituto de Salud del Niño, Daniel Koc, explicó que el problema de los metales pesados, como el plomo o el arsénico, es que dañan diversos órganos y sistemas. "El plomo, específicamente, puede afectar el sistema nervioso, desde el cerebro hasta los nervios, así como también la parte cognitiva (…). Y el arsénico puede desencadenar cáncer", dijo. El médico señaló también que es "difícil" que las personas afectadas en su salud por la contaminación minera se mejoren totalmente. Las familias afectadas aseguraron que la compañía Volcan tampoco se hace responsable del impacto ambiental y que no ha habido reparación para ellos por más de 20 años de extracción minera sin una adecuada fiscalización por parte de los poderes públicos. https://rpp.pe/peru/actualidad


La contaminación de la tierra y el agua en Cerro de Pasco muestran alarmantes niveles altos de metales pesados, y el consecuente daño a la salud de sus pobladores han posicionado a esta ciudad andina como una o quizás la mas contaminada en el mundo, según la cadena televisiva británica BBC. "No puede caminar, no puede mover la rodilla y los nervios se están paralizando", afirma Irma Estrella al describir el estado de salud de su hijo Jhan. "Mi niño tiene cantidad de plomo en sangre, además de arsénico, cadmio y mercurio". El Gobierno peruano ha declarado la región en estado de emergencia sanitaria en tres ocasiones distintas, pero no ha aceptado que la actividad minera es la responsable de dicha contaminación, detalló la cadena. "Volcan opera la mina en la ciudad y la gigante minera Glencore tiene una participación mayoritaria". informó la BBC. https://gestion.pe/tendencias



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